Dicen que Edison dijo: „El genio se compone de 1% inspiración y 99 % transpiración“.
Después de una breve, inconclusa y chabacana investigación, el Escuadrón Especial Gorila ha llegado a la conclusión de que en el caso de Don Tomás Alva, la cita más exacta sería: „el genio se compone de 1% inspiración, 1% transpiración y 98 % agandalle“.
"Ora si, ya valieron madres, cáiganse con las carteras, celulares, anillos, pulseras, cadenitas"
Y es que, aunque se le atribuyen muchos inventos y una genialidad inherente a su persona, la verdad es que hubo un tiempo en que Edison no dió pie con bola. Las cosas no le salían, andaba flaco, cansado, ojeroso y sin ilusiones. Su jefecita ya no sabía que sopita darle, cómo chiquiarlo. Pero no. Nomás no. Simplemente no pasaba de ser un invertorcillo de cuarta, ni siquiera era capaz de robarse el cable de sus vecinos o de rifarse con un diablito para no pagar luz, pero claro, que en ese entonces no había cableado eléctrico es lo de menos, el chiste es que Don Tomás era más pobre diablo que los diablitos aún no inventados.
Digamos, por poner un ejemplo completamente hipotético, que era tan patético como ser un presidentillo de 5a, acomplejado por su chaparrez, el cual, para sentirse legítimo, le declara la guerra no a sus vecinos de la Concacaf, a las manchas de mole, o a los precios altos, sino al Narco. Y que además esperara ganarla con soldados y policías de a 6 mil varitos al mes.
Algo así.
La verdad es que Edison sí tenía una que otra talachita por ahí pero nada apantallante, y el único foco que se le prendió fue para contratar a un tal Nicolás Tesla. Este le echó un ojo a los cachivaches de Don Tomás y los mejoró todos. Sobre todo en la generación de Corriente Directa, pero además, se le ocurrió crear la Corriente Alterna.
Tesla en la tranquilidad de su rinconcito de lectura.
Es decir, casi todas las cosas perronas de las películas del Santo, y de hecho, del Siglo XX y lo que va de éste.
Imagen: La cúspide tecnológica del Siglo XX.
pagarle una miseria a Tesla, robarle sus ideas y ponerlo de patitas en la calle.
Tesla siguió con sus ideas y experimentos, a el fue el primero en ocurrírsele que quizás se podrían utilizar las cataratas (empezando por las del Niágara) para producir electricidad, y luego, en sus ratos libres, inventó una ducha que eliminaba todos los gérmenes del cuerpo utilizando únicamente electricidad, lo asombroso es que la construyó únicamente con un pasador de cabello, chicle y una liga. Así de Yemas, mai.
Por supollo, como todo machín con más de dos neuronas que se respete, terminó olvidado y en la miseria.
Hijo del Siglo XIX, Don Tomás le sacó todo el provecho posible a sus robos y fundó la General Eléctric, empresa que con el tiempo se convertiría en la proveedora número uno de planchas y licuadoras para las rifas de Navidad de tu oficina.
Quizás a Edison le dió meyo que el espíritu furioso de Nicolás regresara para hacerlo chillar un rato,
o quizás fue otra idea que robó, lo cierto es que declaró en una entrevista a la revista „Scientific American“ que estaba trabajando en un aparato para atrapar cualquier indicio de actividad fantasma.
No reveló muchos detalles al respecto, pero el tipo estaba realmente convencido de que en algún momento echaría andar el aparatejo, el cual serviría para detectar y magnificar la presencia de las „partículas de la vida“ que, según Edison, eran indestructibles.
Al parecer, de haber vivido lo suficente, don Tomás le hubiera echo la competencia gachísimo a Jaime Maussan.
Finalmente, este texto ancla la idea de guión para película del Santo: „Santo y Tesla contra la Rata Edison y sus Fantasmas en la Atlantida 86“