Hace mucho, mucho tiempo, en una infancia muy, muy lejana...
Son tiempos difíciles y muy raros. El kilo de tortillas cuesta 17.50,
viejos pesos, algunos de los cuales son hexagonales y todos,
sin excepción están hechos "de fierro". El desempleo está cañón,
la crisis desatada y quizás por eso Chico Ché es el amo de los bailongos,
aunque, claro, algunos se retuercen con el "breik-dans".
No hay Necaxa y en cambio Atlético Potosino, Curtidores y Zacatepec
hacen de las suyas. La Tota Carbajal dirige al Morelia que para entonces
son los "Ates". No hay problema, sólo faltan un par de veranos
para que Santa Maradona se aparezca en el Azteca.
Mientras tanto, el Heróico Cine Nacional se encuentra dominado por
el "Caballo",Charly Valentino, el "Flaco" Ibañez, Rafael Inclán,
"Chattanooga" y, pero por supollo: Gaspar Henaine "Capulina".
Para colmo, las videocasseteras son muy, muy caras, cuestan casi
tanto como un Datsun 77, el coche de moda. No puedes bajar películas
con el Sr. Interné porque la única página disponible es la de Bill Gates y
en ella sólo aparecen las palabras "FORBIDDEN ERROR 604" sobre
fondo blanco, la única diversión cibernética se llama "PONG" y es casi
tan divertida como los discursos del presidente, así que, para
ver películas dependes por completo de las salas de cine,
sí, son tiempos oscuros.
Son "Los 80´s".
Y así andaban las cosas cuando fuí al cine por primera
vez en mi vida y justamente me tocó ver "Estar Guars".
Para variar, llegamos tarde al cine y alcanzamos los 30 minutos finales de El Regreso del Jedi, y aunque por un momento pensé que estabamos presenciando alguna variante bizarra de los Cariñositos, y a mis 5 añitos no tenía idea de lo que era una galaxia, esos minutos bastaron para junto a muchos colegas de generación, hacerme fan.
En ese entonces el impacto de alguna cinta dejaba crátares emocionales por un buen rato, de tal manera que cuando uno se juntaba con los amiguitos a jugar, se creaban tramas alternas en las cuales nos sujetabamos rigurosamente a los destajados recuerdos que cada quien compartía.
Tenía cada quien dos o tres figuras de accion y una que otra nave, en el momento en que frente al aparador los padres insistían que nos decidiéramos, hacíamos un recuento de los juguetes que tenían todos nuestros amigos y terminabamos por decidirnos por el juguete que habría de hacer más interesantes las tardes de juego.
La Guerra de las Galaxias, al igual que cualquier otra cinta o serie de televisión representaba un impulso a la imaginación. Más que un producto, las películas eran una vivencia, y en tanto tales, igualmente reales y fugaces. La única condición es que se tratara de universos que, aunque no tuvieran mucha concordancia con el nuestro, al menos fueran coherentes en sí mismos.
De esta manera, con el tiempo, el cine te marcaba de una u otra manera (gracias, Cineteca Nacional, gracias canales 11 y 22, en verdad, muchas gracias).
Pero, de cualquier manera, uno no llegaría a imaginar que algún dia escucharíamos la "Cumbia Imperial"
o la version Ska
Porqué?
Pues porque la musica tropicosa y el Ska no tenían en lo absoluto que ver con La Fuerza, naves espaciales o la Estrella de la Muerte. Eso hubiera sido la intrusión de un elemento completamente ajeno en el "universo star wars".
Claro que eso no quiere decir que a principios de los 80´s el universo star wars estuviera excento de elementos ridículos
por ejemplo, tenemos "El Especial de Navidad"
se trató de un show televisivo tan, pero tan malo que apenas y se conocen copias muy underground.
El hecho de que hubiera un antecedente de Navidades espaciales no aminora la catástrofe de este episodio en la saga de Star Wars. Nos referimos por supuesto a "Santa Clos conquista a los marcianos", todo un clásico:
El robot en la esquina inferior izquierda es tío de C3PO.
Personajes chafones siempre los ha habido, tenemos al maestro Jedi llamado Ikrit:
No aparece en la imagen su vehículo: el bolso de mano de Barbie
De hecho, si de lo que se trataba era ganarse al público infantil, Lucas mejor le hubiera apostado a la fusión con Plaza Sésamo:
Pero no, en cambio se sacaron del sombrero a Jaxxon, el mejor amigo de Han Solo antes de Chewie:
Han y Jaxxon en pleno fragor de la batalla ante Marvin el Marciano
También hubo "errores de apreciación" como la célebre "Disco - robo - pantera" que promocionó la cinta en Rusia:
Sin embargo el título al ridículo estarguarciano se lo llevan los Ewoks sobre hielo:
El ewok en la izquierda llega completamente decidido a detener esta basura. No lo logrará. Se le echarán encima, lo someterán y sodomizarán brutalmente.
simplemente porque se distinguieron en un mundo que, como todos sabemos, todo es glamour y elegancia
Imagen: La cúspide del Glamour y la Elegancia del Siglo XX
Todos estos ridículos fueron fruto del ansia de Lucas por hacerse de un varito más. No hay que olvidar que el tipo no dirigió cinta alguna entre 1977 y 1999, así que de algo tenía que comer.
Sin embargo, a estas alturas del "Nuevo Milenio" no creemos que el buen George sufra para pagar el cilindro de gas, un kilo de tomates o para las llantas nuevas del pobre Datsun 77 que lleva casi mas de tres decenios en su familia.
Ya para estos tiempos Star Wars ha pasado de ser una cinta a ser una marca. Es decir, algo amorfo, desprovisto de cualquier sentido que no sea vender "memorablia". Las precuelas fueron todo un desastre, Lucas retomó su obra maestra y le impregnó todo el Factor Ewok que pudo, al final el resultado fue esto:
quaaa? tua no gustara esta peliculaaaa?
Ante esto, el E.E.G. sólo atina a decir:
Lucas, Chingas a tu putísima madre.
Y tú también Jar Jar, tú también.
Por otra parte, la nueva serie aburre a los 3 capítulos, está tan atiborrada de nuevos personajes que cualquier intento de trama pierde sentido, es como un comercial gigantesco.
Y de hecho, para ser una marca hecha y derecha, a Star Wars sólo le faltaba su línea de ropa y tenis:
"Neeh gueeeey, que llegamos al reven y todo bien padre gueeey, hasta había un columpio gueeey, y que nos ponemos a jugar beis, la pura buena ondita gueeey, rompimos el foco del farol y que se enoja el Beckan gueey, pero después de dos tachas ya era el aliviane total, y luego que nos hechamos unas carreras gueeey, a ver quien gana gueeey, y al final que se aparece la stripper disfrazada de Dar Veader gueeey, la buena ondita gueey"
Así las cosas Patricio Cobarde y el Ska, en tanto honestos y sentidos homenajes, y por muy kitsch que sean, se alzan como los últimos bastiones de la dignidad de Star Wars.
Bueno, hasta que C3PO reviva su carrera en Terminator 9 y muestre una superioridad aplastante con respecto a las capacidades histriónicas de Arnold:
Saludos, soy la unidad de protocolos de eliminación humana,C3PO, las probabilidades de que una secuela de Terminator no sea una basura son de 1 en 838,933,393... ehhh.. Hasta la vista Jedi!
Así sea.