sábado, 7 de marzo de 2009

La vida después del Oscar. Introducción

Antes que nada, tengo que aclarar que cualquier premio, desde la estrellita dorada que colocan las maestras en el kindergarden hasta el Premio Nobel, me parece una soberana payasada.
Principalmente porque gracias a ellos la gente puede ahorrarse la tediosa tarea de formarse una opinión. De esta manera, se espera con ansias el momento en que los estudiosos se pongan de acuerdo para decirnos quien es la neta en cuestiones de literatura (alguna vez lo recibieron Borges?, Kafka?, Kerouac?), matemáticas (Baldor?, El Matemático?) economía, medicina, y, por supollo, cine (Orson Wells?, Cardona Jr.?).
Olvidamos que dichos estudiosos son tan humanos como nosotros, que pese a su experiencia y conocimientos, también tienen su corazoncito dispuesto a venganzas y castigos, poseen una postura religiosa, política, y sexual, y claro, cuentas en el banco, familia que mantener y deudas por andarse comprando wiis, los ray bans que los acercan un poco mas a Brad Pitt, o la “nueva piel” de los pumas en abonos cuando la quincena apenas y les permite el lujo de una taquiza en “Chacalitos” una vez al mes.
Me parece que los premios son un aspecto superlativo y sutil de la mercadotecnia. Cuantas veces no nos ha pasado que al abandonar la estación del metro, vemos en su bolsita esa cinta de la que tanto hemos oído hablar en los últimos días?
Estamos a punto de comprarla, hemos escuchado hasta el cansancio el sonsontete de “Cómo? Todavia no la has visto? Pero si ganó el premio X?”
Sin embargo, nos detiene el hecho de que dicha obra cuesta una buena parte de los pocos y devaluados pesos que duermen plácidamente en nuestros aún más devaluados bolsillos desde hace tres dias, ahí están, resisitendo los embates de la bolsita de cacahuates salados, de las palomitas aguadas en juguito de limón, y de los infinitos llevelleves que nos atacan cotidianamente, dudamos, rechazamos la oferta de “ándele joven, aproveche, le doy 3 por 50 pa que se anime”, hasta que llega la hija puberta mascachicle de su mandado y nos enjareta el rotundo “ es la que ganó el premio X, ya es la ultima que tenemos, la piden mas que la de Chrek 3”, sabemos que tiene razón, nuestros ojos se dirigen inexorablemente a la leyenda “Premio Fulanito de la Asociación de checaboletos, 1995” enmarcada entre laureles, palmas, estatuillas doradas, osos plateados, pegasos de platino, y es ese el empujoncito que necesitabamos para adquirir dicha obra maestra, claro, sin olvidar el bonus del intro reggaetonero de “Producciones Maik” a todo vapor.

Sin embargo, me parece muy ilustrativo que, el caso de varios ganadores del Oscar se asemeje tanto al de los seleccionados nacionales del tri.
Hace muscho tiempo, ganar el Oscar ó portar la camiseta nacional era motivo de orgullo y respeto. Aquella persona que fuera investida con tal honor quedaba marcada de por vida, trataba de mantener un carrera inmaculada y ser ben ejemplo para los jóvenes.

Hoy parece que el recibir tales distinciones no es más que el banderazo de salida para volverse una Diva Pericoapera, con toda la pedantería de Intelectual de Cafetín de la Condesa y la mejor disposición para filmar comerciales, irse a triunfar a Europa con el Vallalodid o, en el caso hollywoodense, filmar la primera porquería que se les ponga en frente.

En serio?
Bien, en las proximas entregas (es una labor demasiado extensa para dedicarle una solitaria entrada) daremos un repaso fugaz a las trayectoria post-Oscar de actrices, actores y directores para darnos una idea de que tanto se puede tomar en consideración esta comparación con nuestros seleccionados nacionales.

2 comentarios:

  1. toda la razón mi querido Alex
    Estaba viendo la segunda parte de tu estudio sobre las ganadoras del oscar y me doblé de risas, mas parece una maldición, pero así pasa en estas cosas de la fama que no puede quedarse del todo pulcra en estos tiempos.

    por otro lado la llamada se cortó aquel día y lo siento mucho
    pero te agradezco no sabes de que manera que te acuerdes de los añmigos en este lejano ricón del chiquihuite, y tu lo sabes conversar contigo es aire fresco.

    Yo creo en las divinas justicias.

    escribe mas seguido por favor, saludos y mucha suerte en los proyectos proximos.

    Seme quedan muchas cosas por decir pero acuerdate que sigo con interés tu trabajo y que aqui ando pa lo que se ofrezca.

    la tere

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  2. estimada dogna tere
    gracias por sus comentarios
    aqui andamos
    se me atravesaron muchas cajas de zapatos y las ciudades de la noche roja
    camara

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