lunes, 13 de julio de 2009

Lucille y Riley: El sentido de la supervivencia.

Big Mama Thornton, John Lee Hooker, Sonny Boy Williamson, Howlin'Wolf, Little Walter, Bessie Smith no se han ido.
Todos, regresaron, estuvieron presentes, en cuanto Riley, Lucille y la banda dejaron caer las primeras notas.

Eso es el blues, todo lo que tanta gente dijo que era.

A Riley tuvieron que ayudarle a subir las escaleras, sentarlo, ponerle a Lucille entre las manos, y cierto, habló más de lo que tocó y de lo que cantó.

Pero cuando lo hizo, cuando ciño las cuerdas de Lucille, dejó en claro que el arte es capaz de perdurar en la memoria mucho más allá de lo que podemos imaginar.

Y un triunfo sobre el olvido es un triunfo sobre la muerte.

Ese es el sentido de la sobrevivencia.

Ignoro que misteriosos resortes sean los que muevan a un hombre de 85 agños a tener la capacidad de hacer la música cómo él lo hace, digo conozco a gente que en sus 20 y tantos, con cursos en universidades de la música, el equipo más caro, toda la droga que necesiten, y que además tienen la libertad de practicar 6 horas diarias son incapaces de lograr la magistral simpleza que Riley logra con una sola de las cuerdas de Lucille.

Absoluta simpleza, realidad. Hubiera sido lo mismo de haber estado en el poche trasero de una granja algodonera en Lousiana, en un club de blues en Memphis o en un vagón de la línea 3 del metro.

Por eso, lo mejor de estar ahí fue la sóla presencia de la banda, sin rayos lásers, explosiones, fuego, cargas adrenalínicas, nenas bailando, pantallas gigantes, etc..

Sólo partieron un estadio de hockey a la mitad, pusieron el escenario en el centro, bocinas e iluminación necesaria y ya.

Riley, Lucille y la banda pusieron el blues, simple, básico blues.

Y por eso sobreviven.

No en calidad de un ser superdotado con un talento inigualable, idolatrado por las masas.

Riley se ha desmitificado, no se ha sabido vender, incluso, siempre ha aceptado que le debe lo que sabe a gente como Django Reinhardt, Charlie Christian, Elmore James, T-Bone Walker, a su primo, Bukka White e incluso a Sonny Boy Williamson.

Entendí el sentido de la supervivencia cuando en algún momento del concierto, Riley pidió a la banda que dejara de tocar, sostuvo, como si nada, un acorde imposible y nos dijo con la mayor dosis de honestidad que he percatado en las palabras de quien sea: 


"And thanks for keeping me and Lucille in your heart for all these years"
(y gracias por conservarnos, a mí y a Lucille en sus corazones, por todos estos años)







Aquí queda una muy breve, tijereteada y clandestina muestra de lo que fue el concierto, en cuanto contrate algún depositario de archivos subiré integramente lo que alcancé a grabar. Es necesario porque el blog sólo permite subir videos de hasta 100 mb

Actualización: ya es posible bajar algo del concierto:
ca. 27 min

parte 1

parte 2

parte 3

2 comentarios:

  1. Aparte de la profunda envidia que te tengo, quisiera preguntar... donde fue el concierto??

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  2. Kyuuketsuki
    No hay nada qu envidiar, a veces uno tiene demasiada suerte.
    Espero pronto poder compartir los videos.

    El concierto fue en la libre y hanseática ciudad de Hamburgo.

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